Desenlace del I Concurso de Relato Breve del Foro (Verano 2011)


Hemos pospuesto mucho este asunto, debido a diversos contratiempos informáticos y no informáticos, pero ya está todo solventado y estamos en disposición de anunciaros quiénes han sido los tres ganadores de nuestro concurso. Me gustaría, no obstante, llamar la atención sobre la escasa participación y dado que éste es un blog colectivo me interesaría que dieseis vuestro parecer sobre la convocatoria (requisitos, premios o temática) y corregir esos aspectos que hayan podido contribuir a tan poca participación.

De momento, aquí os cuelgo los tres relatos ganadores para que los disfrutéis como se merecen. Y desvelo los nombres de los miembros del jurado con los que he compartido el honor de organizar este evento. 

  • NUESTRO JURADO


  1. El Peregryno (incansable y entusiasta): Administrador y creador de www.icaroincombustible.com un interesante mundo en la web que da el salto al papel. Admiten colaboraciones. Lo tenéis también en su blog: www.cadaveres.blogspot.com
  2. Malvi (entrañable y tierna): Veterana en nuestro foro (en aquella y lejana primera etapa). La tenéis en su particular mundo blog: www.detodounpocoperocasinada.blogspot.com Más meritoria si cabe su colaboración, puesto que estaba en la recta final de su embarazo y nos envío su veredicto con las contracciones previas al parto. 
  3. AdR (todo terreno y exitoso): Lo tenéis en su blog: www.scriptoria.blogspot.com. Un secreto: no le perdáis de vista, porque sus poemas y relatos tienen mucho, mucho talento y fuerza. De momento sólo ha tenido suerte con la autoedición, pero seguro que el futuro es muy prometedor en grandes e importantes editoriales.

Desvelado ya uno de los grandes secretos de este concurso... lo mejor que puedo hacer es desvelar el resto de incógnitas, ¿no es verdad? ¿Qué os parece poder disfrutar de la lectura en exclusiva de los tres relatos ganadores? Pues, estáis de enhorabuena. Aquí los tenéis.


  • PRIMER PREMIO

LA BÚSQUEDA


A
 sus sesenta años, Don Luis Cortázar había tenido una vida intensa.  Poseedor, desde joven, de una  jugosa fortuna, había consagrado su vida al disfrute de los más intensos placeres.
Le gustaba pasear sobre hojas secas en otoño,  bañarse desnudo en el mar en verano, aspirar el aroma de las flores en primavera y dejar la impronta de sus huellas sobre la nieve virgen en invierno.
Pero Don Luis Cortázar no era fácil de conformar.
No tuvo bastante con viajar a los más asombrosos lugares del planeta, ni de fuera de él, pues también  se lo podía permitir– había viajado a las estrellas.
Aunque había gozado la piel de las más hermosas mujeres, tampoco eso  había colmado su ansia de placer.
Coqueteó con ciertas drogas, en algún momento de su vida, en busca de nuevas sensaciones, pero  eso no satisfizo su afán de deleitarse.
Siempre quería más.
Cierto día,  sin pretenderlo, Don Luis comenzó a experimentar un placer hasta ahora desconocido.
Se sentía ligero, capaz de dejar su cuerpo a merced del viento. Sintió cómo flotaba, dejándose envolver por una paz hasta ahora desconocida. Su mente se vio invadida por una embriaguez que le hizo sentir que estaba fuera del mundo, o quizás que él era el mundo mismo, sabiéndose vulnerable y poderoso al mismo tiempo.  Una suave y cálida luz lo envolvió, sumiéndolo en la mayor serenidad que había sentido nunca. Los sonidos desaparecieron. Cerró los ojos.
Ahora ya no quería más, pues sabía que no podía existir un placer mayor que el que estaba viviendo en aquel instante. Solo quería que durase eternamente, porque sentía que su búsqueda había terminado.
Súbitamente, como si Don Luis Cortázar hubiera sido víctima de un sabotaje,  todas aquellas sensaciones desaparecieron. Volvió a sentir el peso de su cuerpo, los sonidos reaparecieron y la embriaguez de su mente se desvaneció. La luz se fue y Don Luis se incorporó en la cama, como impulsado por un resorte. Miró a su alrededor.
Enfadado, agarró al médico de la solapa y le propinó una sonora bofetada.
Fin
Seudónimo: El Buscón; Blog:www.barataria2009.blogspot.com



  • SEGUNDO PREMIO


EL PLACER DE DELEITE


E
n las lejanas tierras del Reino de Gozo no había día en que sus habitantes no sintieran la necesidad de festejar las delicias que la vida les obsequiaba.
Los monarcas del reino se asomaban al balcón real para observar el goce de todos sus súbditos pero, al regresar su mirada al hogar, veían a su amada hija con el aburrimiento pintado en la mirada. Al contrario de cualquier habitante del Reino de Gozo, la princesa era incapaz de encontrar placer en ninguna actividad.
Soportaron visitas de bufones y carcajadas, de médicos y ungüentos, de magos y conjuros, pero nada parecía poder sacar a la princesa Deleite de su estado de apatía. Los monarcas, preocupados como cualquier progenitor que se precie de serlo, tomaron una decisión a la antigua usanza.
Consultaron con el Consejo Real del Reino de Gozo y la voz se corrió, veloz como el trueno, por toda la tierra perteneciente a la corona: aquél que fuese capaz de enseñarle a la princesa dónde se encontraba el placer, recibiría como recompensa la mano de Deleite.
La princesa no se opuso, siguió mirando el cielo con la mirada perdida en la apatía mientras los pregoneros contaban o cantaban la noticia en cada esquina del reino.
El día de la audiencia no cabía un alfiler en la plaza que se abría frente al castillo, los súbditos del Reino de Gozo esperaban para enterarse del lugar donde aguardaba escondido el placer de su princesa.
Los llamados a probar suerte, frente al trono de los monarcas y su heredera, formaban un grupo pintoresco: un cocinero, un jardinero, un ciego, un músico y un príncipe llegado de tierras extrañas.
—El placer se esconde en un plato exquisito, princesa. Con sus ingredientes, vuestro paladar se deleitará hasta el punto de que creeréis tocar el cielo.
—Cerrad los ojos, Deleite. El placer os entrará por la nariz. Está celosamente guardado entre el terciopelo de los pétalos de la rosa mejor cultivada.
—No prestéis oídos  a estos charlatanes, majestad, el placer está en todo lo que podéis ver con vuestros ojos, hacedme caso que sé de lo que hablo.
Una música suave y embriagadora llenó el salón.
—Volved a cerrar los ojos ¿lo sentís? El placer os lo traen las notas que vuelan a enredarse con vuestro cabello.
—No busquéis en otros sentidos. Hallaréis el placer en vuestra piel, el simple tacto de una pluma puede haceros llegar al éxtasis.


El príncipe extranjero se disponía a demostrarlo sobre la espalda desnuda de Deleite cuando, abriéndose paso entre los asistentes, una niña le habló a la princesa con un tono que dejaba ver lo poco que entendía todo aquel barullo. Solía jugar en la plaza pero aquel día, con tanta gente, no encontró el modo.
— ¿Qué buscas, princesa?
—Busco placer.
— ¿Qué es placer?
— Pues… algo que te gusta hacer mucho, mucho y que te hace sentirte muy, muy bien.
La niña se quedó pensativa
— A mí me gusta mucho, mucho, mucho jugar a que soy princesa y vivo en un castillo como este.
— ¿Y cómo lo haces?
— Imagino que soy princesa y ya —se encogió de hombros.
La princesa sonrió y despidió a pretendientes, súbditos y cortesanos.
—Ya sé dónde se esconde mi placer — dijo como toda explicación.
Cuando su madre la vio sonreír de aquella manera, supo que era cierto.
—Lo encontré, mamá — le confesó esa misma noche—. Siempre ha estado ahí y no supe verlo. El placer está en mi mente, mamá, siempre ha estado ahí.
Seudónimo: Carambola; Blog: www. misotrasrealidades.blogspot.com


  • TERCER PREMIO

PATERNIDAD


T
odo el mundo cree entender los placeres de la vida, pero casi siempre se equivocan, como yo.
Hay placeres que se desean y no llegaréis  a conocer nunca, contar una a una las monedas de mi fortuna, sería uno, pasear por los campos sintiendo el respeto de súbditos y aliados, otro.
Existen placeres más mundanos como yacer en la cama con una mujer, disfrutar de un banquete o las dos cosas a la vez, aunque el exceso de ambos tiene consecuencias y la mía se llama Roger, mi hijo.
Ser mi hijo no debió ser fácil y desde muy pequeño Roger  se mostró rebelde e impaciente, pronto se interesó en el arte de la espada, recuerdo que se pasaba los días cargando con una espada de madera, azotando en el trasero a los criados. La infancia de un hijo pasa demasiado rápido para los ojos de un padre, ese niño travieso se fue convirtiendo en un joven pendenciero de acero fácil y mente inquieta, solamente el hecho de ser quien era su padre, le salvo de acabar colgando al final de una soga.
Lejos, muy lejos, más allá de mis dominios había un monasterio, donde con disciplina y estudio reformaban a jóvenes, inculcándoles valores como el honor y la justicia. Reconozco que a Roger no le entusiasmo la idea, pero con el tiempo se adaptó bien, el agua helada, el trabajo duro de sol a sol, además de algún latigazo por intentar escapar, forjaron su carácter como el martillo del herrero, que a fuerza de insistir, convierte en afilada espada un vulgar trozo de metal.
Una vez hubo terminado su adiestramiento, Roger decidió ir en busca de aventuras, aunque esté mal que yo lo diga, sentía una mezcla de placer y orgullo cuando llegaban noticias de sus hazañas, mató monstruos, liberó esclavos y me costó mucho, mucho oro financiar sus andanzas.
Hoy, mis espías me cuentan que anda detrás de acabar con el más poderoso de los nigromantes del norte y acabar así con su reino de terror. Ahora tras tantos años sobre este mundo, el único ser al que he querido se enfrentará a la muerte y aunque creo que solo él puede conseguirlo, intentaré no sentir placer al acabar con su vida o eso espero.
Seudónimo: Delosbrezos; Blog: www.lejosnoescerca.blogspot.com

2 hablaron:

  1. Aquí tenéis los tres relatos ganadores. Esperamos que os gusten y por supuesto que esto os anime para participar en próximas convocatorias.

    Un besote y enhorabuena a los tres ganadores, por supuesto.

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  2. El placer puede hallarse también en la lectura, un placer interior, nada de misticismo, es algo mucho mas humano, cuando las palabras detienen todo movimiento que no sea el de las pupilas leyéndolas. El tiempo transcurrido se desconoce precisamente a causa del placer que tiene lugar en ese momento, el momento en que uno se siente bien leyendo.
    Leyendo estos tres relatos es uno de esos momentos.
    ¡Enhorabuena a sus autores y al Concurso!

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